lunes, 2 de marzo de 2015

JUSTO EN EL MEDIO

"Entonces tomó Aarón el incensario, como Moisés dijo, y corrió en medio de la congregación; y he aquí que la mortandad había comenzado en el pueblo; y él puso incienso, e hizo expiación por el pueblo, y se puso entre los muertos y los vivos; y cesó la mortandad." - Números 16:47-48

    Si el lector desconoce la historia previa a este acontecimiento donde Aarón oficia de intercesor en medio del pueblo en mortandad, difícilmente comprenderá la magnitud del mismo. La mortandad arremetía en los israelitas como resultado de su obstinación, prejuicio, rebeldía y cuestionamiento del oficio de Aarón como sumo sacerdote escogido por Dios mismo. Aún luego de la evidencia final de su  investidura sacerdotal de parte de Dios mismo, demostrada por una vara de almendro cortada que reverdeció de un día para el otro entre otras once, el pueblo continuó discutiendo y murmurando.
    Pero Aarón, como intercesor divino, no tuvo reparos en obedecer y poner su propia vida en riesgo al exponerse a la plaga en medio del pueblo que estaba muriendo rápidamente. No solamente expuso su vida por moribundos, sino que expuso su vida por moribundos que lo cuestionaban, criticaban y rechazaban. Aarón no solamente demostró ser un sacerdote divino, sino también un hombre de valor dispuesto a pagar el precio por las personas bajo su cuidado, lo quieran o no, recordando las palabras de Pablo a lo Corintios "Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos." (2 Cor. 12:15) Aarón se mostró absolutamente como un pacificador definitivo entre Dios y el pueblo pecador. 
    El ejemplo de Aarón es el ejemplo a seguir, "para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo" (Fil. 2:15). No hay discusión sobre la responsabilidad de los creyentes en medio de una sociedad religiosa, pero sin Dios; con templos, pero sin adoración; con creencias, pero sin vida. Y es llamado a ponerse en medio para evitar la mortandad eterna de las almas sin Cristo.
    Para esto, tendrá que usar el mejor incensario, esto es, el ejemplo del Gran Sumo Sacerdote, Jesucristo quien, a diferencia de Aarón, se puso en medio de Dios y el hombre para que cese la mortandad, pero lo hizo de manera que tuviera un resultado eternamente eficaz: Recibió el mismo la plaga del pecado y su castigo sobre su cuerpo pendiendo entre el cielo y la tierra, salvando al pecador y recibiendo en sí mismo la ira de Dios por todas sus transgresiones, "Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios" (1 Pe. 3:18). Este es el mensaje principal de la acción de Aarón. Nadie tenía otra opción sino morir. Cristo se hizo cargo de tu pecado; se puso en medio para que obtengas perdón, justicia y paz. Mira que no deseches semejante mensaje de gracia. 

¡Dios te bendiga!

-Biblia, mate y oración-
© Copyright Ricardo Daglio - 2013

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