jueves, 26 de marzo de 2015

"¡PERO MÍRATE, NO HAS CAMBIADO NADA!"

"Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar." - Josué 14:11

    Cuando los niños crecen y no son vistos por los amigos de la familia por bastante tiempo; luego, al verlos, nunca falta la exclamación de "¡cómo has crecido!"  Con el paso de los años, cuando uno ha llegado a cierta edad, el comentario cariñoso es "¡pero mírate, no has cambiado nada!" Simpáticas como nos parezcan ambas reseñas tan comúnmente escuchadas, lo cierto es que en el caso de Caleb, hijo de Jefone, de la tribu de Judá, a los ochenta y cinco años no se podía decir que era un cumplido mencionar que no se notaba el cambio desde que tenía cuarenta años. Su fuerza y vitalidad no habían mermado en absoluto. 
    En aquella oportunidad cuando formó parte de la docena de espías que fueron a reconocer la tierra prometida, su corazón lleno de fe no dudó en absoluto de que Dios les daría la victoria sobre los gigantes de Anac. De acuerdo a la misma confesión de Caleb, él "trajo noticias como lo sentía en su corazón" (Jos. 14:8). Este guerrero no inventó un informe ni presumió de nada. Creyó y confió en Dios.
    Cuarenta y cinco años después, sus convicciones no habían variado en absoluto. Seguridad, firmeza y constancia caracterizaban a este "007" del pueblo de Israel. Un espía incomparable, fiel y decidido. Ninguna de las experiencias vividas en el desierto hicieron variar su inquebrantable certeza. Ni la falta de agua, ni la falta de pan, ni siquiera las continuas murmuraciones del pueblo; nada de esto lo cambió.
    ¿Y qué ha de pasar contigo? ¿Cómo estarán tus convicciones dentro de los próximos veinte años o al final de tus días? Haz un análisis de cómo estás hoy y tendrás una proyección bastante acertada. ¿Tienes convicción sobre la Suficiencia de las Escrituras? ¿Crees que ellas son la autoridad final para todo tema que tenga que ver con Dios, Cristo,  la vida, la muerte y la eternidad? ¿Crees que Jesucristo es el único camino a Dios sin ningún otro mediador? Dentro de unos años, ¿seguirás creyendo que debe existir una separación definida y drástica con el pecado, el mundo, la carne? ¿Tendrás la misma seguridad de que la palabra de la cruz es el único mensaje que transforma al pecador o serás pragmático y utilizarás paliativos para hacerlo "más atractivo" a los perdidos? ¿Qué de tu matrimonio, tus hijos, tus amigos? ¿Seguirás teniendo la misma certeza sobre lo que la Biblia dice acerca de estas relaciones?
    Si Caleb estuviera entre nosotros quizá tendría un versículo favorito que nosotros debemos adoptar ya mismo si aún no lo hemos hecho, "Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano." (1 Cor. 15:58).

¡Dios te bendiga!

-Biblia, mate y oración-
© Copyright Ricardo Daglio - 2013
    
    

No hay comentarios :

Publicar un comentario