viernes, 6 de marzo de 2015

NO ES COSA DE MUJERES

"Y Jehová respondió a Moisés, diciendo: Bien dicen las hijas de Zelofehad; les darás la posesión de una heredad entre los hermanos de su padre, y traspasarás la heredad de su padre a ellas." - Números 27:6-7

    Nuestro Dios es el Dios de las cosas imposibles; quien obra más allá de nuestra comprensión y de nuestro razonamiento. La Biblia contiene muchas historias y promesas que corroboran todo esto. Por eso debemos leerla con atención para no perder ningún detalle que el Espíritu Santo pueda darnos y que arroje luz para nuestra vida y experiencia diaria. 
    Tal es el caso de las hijas de Zelofehad cuya primera aparición en la Escritura se encuentra en el capítulo veintiséis de Números. Allí se describe la descendencia de Jacob que salió de Egipto pero que no entró en la tierra prometida por causa del pecado de incredulidad. Zelofehad era uno de ellos. Su nombre significa "primogénito"y sin embargo era una contradicción porque él no tenía ningún hijo a quien dejar su primogenitura y herencia, solamente hijas. Un hecho sin precedentes en Israel, pues la herencia se transmitía a través de los hijos varones. 
    Pero Maala, Noa, Ogla, Milca y Tirsa; no creyeron que esto les impedía el acercamiento a Moisés para buscar una respuesta a su insólita situación. Con plena confianza trajeron su cuestionamiento al lugar adecuado y dijeron, "¿Por qué será quitado el nombre de nuestro padre de entre su familia, por no haber tenido hijo? Danos heredad entre los hermanos de nuestro padre. Y Moisés llevó su causa delante de Jehová." (Nm. 27:4). De esta petición surgió la ley que Dios indicó a Moisés que debía promulgar y que ocupa los versículos de cabecera de hoy. No se lo ocurrió a Moisés, no se le ocurrió a Josué, no se le ocurrió a nadie; pero estas cuatro mujeres lograron a través de su petición que Dios estableciera una ley que las favorecía a ellas como también a todos los que en el futuro atravesaran una situación similar.
    No es sorpresa que el Señor Jesucristo enseñara, "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá." (Mt. 7:7-8). Tenemos libertad para entrar al trono de la gracia y rogar a Dios por aquello que quizá, al ojo del hombre, jamás sería una opción viable. Estas mujeres no pensaron que no podían pedir. No había nada que les garantizara una solución, nada que les asegurara que tendrían una respuesta favorable; todo indicaba que ellas quedarían sin herencia. Pero utilizaron lo único que podían: Pedir. Esta valentía y confianza movió el brazo de Dios no solamente a favor de ellas sino también a favor de todos los que atravesaran una situación similar. ¡Qué hermoso ejemplo de fe! 
    ¿Cuál es tu necesidad? ¿Es un imposible? Si las hijas de Zelofehad estuvieran observando tu situación, quizá tomarían las palabras de Santiago y te dirían: "no tenéis lo que deseáis, porque no pedís" (Stgo. 4:2); y luego te recordarían con fe: "pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido" (Jn. 16:24). No es cosa de mujeres, es un asunto de fe en lo imposible.

¡Dios te bendiga!

-Biblia, mate y oración-
© Copyright Ricardo Daglio - 2013

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