jueves, 2 de julio de 2015

TEN CUIDADO CUANDO VACÍAS LA BAÑERA

"Cuando los mensajeros se volvieron al rey, él les dijo: ¿Por qué os habéis vuelto? Ellos le respondieron: Encontramos a un varón que nos dijo: Id, y volveos al rey que os envió, y decidle: Así ha dicho Jehová:¿No hay Dios en Israel, que tú envías a consultar a Baal- zebub dios de Ecrón? Por tanto, del lecho en que estás no te levantarás; de cierto morirás. Entonces él les dijo: ¿Cómo era aquel varón que encontrasteis, y os dijo tales palabras? Y ellos le respondieron: Un varón que tenía vestido de pelo, y ceñía sus lomos con un cinturón de cuero. Entonces él dijo: Es Elías tisbita". - 2 Reyes 1:5-8

    Frecuentemente muchas personas pierden la oportunidad de ser bendecidas por Dios porque en lugar de oír lo que tiene que decirles, rechazan la enseñanza por sus prejuicios con el predicador, pastor o maestro de la escritura. No admiten que lo que tienen que hacer para obedecer a Dios sea comunicado por una autoridad espiritual que no aceptan, y de esta manera por negligencia y necedad pierden algo de valor o sea, el mensaje de la palabra de Dios, al rechazar algo que no es tan importante como lo es el mensajero que lo entrega; y como dice el dicho popular "tiran el agua de la bañera con el bebé adentro."    
    Cuando Acab murió, su hijo Ocozías ascendió al trono; sólo dos años estuvo reinando y la palabra de Dios lo describe como un rey imitador de lo malo tanto de su padre como de su madre Jezabel y también de Jeroboam, a quien la escritura describe como "el que hizo pecar a Israel." En ocasión de su grave enfermedad tras caer desde la ventana en su casa de Samaria, el rey enfermó de muerte y en su convalecencia, consultó a los ídolos por su salud en vez de buscar a Dios. La voz de Dios no se hizo esperar y a través del profeta Elías dio la sentencia que anunciaba a la brevedad la muerte del rey.
    Pero el rey Ocozías condicionó la recepción de la voz de Dios hasta saber quién era el mensajero que  entregó tal mensaje. Tal era su aversión al profeta Elías a quien sus propios padres odiaron, que mandó a prenderlo para matarlo una vez que supo que él era el responsable de la profecía. En lugar de escuchar la voz de Dios, el rey la rechazó por el instrumento que usó para decírselo. Una fatal equivocación de Ocozías.
    Poco se puede hacer con aquellos que en lugar de arreglar sus vidas a la luz de la Biblia, continúan con sus prejuicios y caprichos acerca de la persona que les gusta mejor para que les hable de Dios. De esta manera buscan agradar a los hombres y ser de agrado para ellos y practican una fe que se basa absolutamente en las apariencias y no en el corazón. Lector, examina tu actitud al ir a la casa de Dios a escuchar la predicación y recuerda y pon las palabras de Santiago en tu corazón: "Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas." (1:21)

¡Dios te bendiga!

-Biblia, mate y oración-
© 2013- Ricardo Daglio -Uso personal, no distribuir sin permiso

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