"Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra." - (Isaías 2:4)
En algunas oportunidades nos encontramos con creyentes discutiendo acaloradamente asuntos de política y apoyando o desestimando las opiniones de otros según coincidan o no con sus puntos de vista. No hay duda alguna que como ciudadanos somos responsables por obrar y cumplir con las obligaciones civiles, pero una cosa es hacerlo como si todo dependiera del candidato que mejor aprobamos, y otra muy distinta cuando tenemos una cosmovisión bíblica de lo que será el gobierno perfecto de este mundo: El reino de Jesucristo.
Tan importante como predicar un evangelio puro y bíblico es también el hecho de ver la historia pasada y futura con los lentes de la Palabra de Dios. Si esta fuera la actitud de los creyentes para con todos los acontecimientos espectaculares que se suceden en nuestro mundo moderno, entonces tendríamos menos preocupados y desesperados cuando leen los diarios o ven los informativos y menos hijos de Dios expertos en política humana que no es impredecible.
Cuando el profeta Isaías vio venir el futuro reino del Mesías, también tuvo una palabra de exhortación para el pueblo, le dijo: "Dejaos del hombre, cuyo aliento está en su nariz; porque ¿de qué es él estimado?" (v. 22). Sin embargo, no es esta una disposición automática en la vida del hijo de Dios, como no lo es ninguna otra que tenga que ver con la obtención de una mirada bíblica a todo lo que pasa en este peregrinaje terrenal. Los cristianos deben desarrollar un mentalidad y pensamiento bíblico; por no hacerlo de esta manera muchos en el pueblo de Cristo tienen una esperanza casi enfermiza de ver candidatos humanos de arreglar algo que solamente lo hará el Rey de Reyes y Señor de señores.
Querido lector, tienes a mano en la palabra de Dios todo lo que precisas para vivir en paz, comportarte cívicamente con piedad y goza de la esperanza bienaventurada de la manifestación gloriosa del Hijo de Dios. El Señor reina ahora en los corazones de todos los que han creído en él como Salvador y se fían únicamente de su palabra para lo que sucederá en el tiempo venidero. Se tú uno de ellos, no precisarás papeleta partidaria para saber que será el mejor y único gobernante justo y vencedor.
¡Dios te bendiga!
-Biblia, mate y oración-
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