jueves, 15 de octubre de 2015

¿A QUÉ LE TEMES EN VERDAD?

"Vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo... Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos" - Marcos 5:15, 17

    Si una historia de la Biblia pone de relieve la condición del corazón del hombre y su disposición natural hacia el rechazo del poder de Dios, es la del endemoniado de Gadara. La descripción que los evangelistas hacen de este hombre no la puede lograr ni siquiera la necia y dañina industria del cine de terror. Marcos es el más detallado, "Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, que tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas. Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar. Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras." (5:2-5); Lucas añade "y no vestía ropa, ni moraba en casa, sino en los sepulcros... Este, al ver a Jesús, lanzó un gran grito... era impelido por el demonio a los desiertos..." (5:27, 28-29). 
    No hay duda que un hombre así infundía temor en toda la zona circundante, y el relato del los evangelios da a entender que este era un asunto que llevaba mucho tiempo de manifestación y la fobia en Gadara debe haber sido cada vez mayor; y no era para menos. Debe entenderse que ciertamente el poder de Satanás es grande y que fuera de la protección de Dios es totalmente normal que un ser humano tiemble ante semejante manifestación diabólica. Pero el poder de Jesús alcanzó a este miserable hombre y lo transformó completa, absoluta e instantáneamente. Las circunstancias en que el Hijo de Dios hizo esto (ver Mr. 5:11-13) prontamente se hicieron conocer en la ciudad y por los campos de manera que todos vinieron a ver lo acontecido. 
   El resultado está descrito en el texto de hoy; el hombre fue hallado completamente cambiado en ciento ochenta grados; en vez de estar corriendo descontrolado, estaba sentado; en lugar de estar desnudo, se hallaba vestido; y en vez de estar controlado por la legión de demonios, estaba en su cabal juicio y sentado a los pies de Jesús (Lc. 8:35). Cualquiera pensaría que esto debería haber sido causa de gozo, tranquilidad y sosiego; pero la escritura dice que tuvieron miedo y rogaron que Jesús se fuera de allí. Cuando Jesús dio permiso a los demonios que se fueran a los cerdos, estos murieron todos y dejaron sin ganancia a los dueños y con toda probabilidad  a la zona; pero también sin azote.
    Las personas tienen más miedo de los cambios que el evangelio produce en almas desesperadas que el miedo que les provoca la realidad del pecado, el poder del diablo y la condenación. Se alejan cuando se les entrega un folleto; cuando se habla de "religión" todo está bien hasta que se menciona a Jesucristo; cambian de conversación y actitud cuando se menciona la Biblia; fruncen el ceño y demuestran otros tipos de lenguaje corporal cuando se abordan temas de Dios, Jesucristo, la eternidad, etc. Sí, así es el corazón del hombre, tiene más temor de abandonar su pecado que de continuar en él, hostigado por el terror de saber que el diablo tiene el señorío de sus vidas. ¿Tú qué dices? ¿Procuras siempre evitar a Jesucristo? ¿Tratas de mantenerlo alejado aunque tienes terror de la muerte? ¡Qué necedad! El también puede transformar tu vida como lo hizo en Gadara con este hombre. 

¡Dios te bendiga!

-Biblia, Mate y Oración-
© 2013- Ricardo Daglio -Uso personal, no distribuir sin permiso

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