"Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los que cobraban las dos dracmas, y le dijeron:¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas? El dijo: Sí. Y al entrar él en casa, Jesús le habló primero, diciendo:¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos, o de los extraños? Pedro le respondió: De los extraños. Jesús le dijo: Luego los hijos están exentos. Sin embargo, para no ofenderles, ve al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallarás un estatero; tómalo, y dáselo por mí y por ti" - Mateo 17:24-27
Este es un relato único en los cuatro evangelios. Solamente Mateo, que presenta a Jesús como rey y utiliza más porciones del Antiguo Testamento que cualquiera de los otros tres evangelistas; él es el único que registra este acontecimiento particular. No se trataba de un impuesto romano el que vinieron a cobrar a Pedro y al Señor; era el impuesto para el mantenimiento del templo establecido en la ley de Moisés (Ex. 30:11-16). Los encargados del cobro obraron de buena fe, no hay razón para pensar que ellos estaban buscando probar a Cristo. Por lo tanto, toda la lección del acontecimiento estaba preparada para instruir a Pedro, de allí que Jesús anticipara en la conversación a su discípulo quien había afirmado naturalmente que su Maestro también pagaba el mencionado impuesto. ¿Entendía Pedro a quién servía?
El Señor dio una lección a Pedro que no debía olvidar y que nosotros hemos de recordar siempre, y es que él como Creador y Señor se sujetó voluntariamente en su humanidad a todo lo que demandaba la ley para poder ser Salvador de los escogidos y mostrar su poder en tal humildad. "Pedro, razona... ¿pagan impuesto los hijos del rey?" - es la pregunta; a lo que Pedro respondió correctamente: "No" - Y el Señor quiso dejar el camino limpio y sin ofensas para que su grandeza tomara mayor fuerza en la demostración de humillad.
Pero Pedro, él tenía que saber que Jesús estaba sujetándose como Creador y Señor aún teniendo y ejerciendo autoridad sobre su creación. Por ello, en la única mención en el nuevo testamento acerca de la pesca con anzuelo, Jesús hace una tremenda demostración de poder. ¿No había mayor posibilidad de que una pesca con red donde cientos de peces fueran capturados, le diera a Pedro una mínima chance de hallar un estatero (moneda del imperio romano)? Quizá; pero un solo pez, en la única mención de este tipo de pesca es sin duda la lección que el discípulo pescador debía aprender: "Pedro, ¿ves que soy un Creador humilde y sujeto? Aprende la lección." ¡Imagina la impresión que debe haber causado en Pedro que pescara un solo pez, pero uno con el dinero necesario para pagar el impuesto!
También nosotros debemos aprender de la humildad de Cristo, es menester que tengamos presente siempre que en muchas ocasiones es mejor ceder a nuestros derechos para beneficio de otros que imponerlos para ofensa de muchos. El Señor del cielo y la tierra dejó muchas lecciones sobre su poder bajo el control de la humildad, y nuestra respuesta no solamente debe ser de adoración sino también de imitación. Hay un gran beneficio en la sujeción y mucho más cuando esta es producto de la obra de Jesús en el corazón.
¡Dios te bendiga!
-Biblia, Mate y Oración-
© 2013- Ricardo Daglio -Uso personal, no distribuir sin permiso
No hay comentarios :
Publicar un comentario