"¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo
bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El
hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo,
del mal tesoro saca malas cosas." - Mateo 12:34-35
Alguien ha dicho que la palabras que
una persona habla por día serían suficientes para escribir un libro de entre 50
y 60 páginas o el equivalente a más de cien libros de 200 páginas por año. La
estadística es interesante por cierto, pero quizá lo que más importa es que de
acuerdo a Jesús las palabras que salen de nuestros labios son una indicación
inequívoca de lo que abunda en el corazón. Una editorial sin duda muy prolifera
es el corazón del hombre, que según la Biblia misma es el asiento de nuestras
emociones; y por ende debería ser suficiente para hacernos reaccionar acerca de
lo que en realidad somos.
El contexto en el que Jesús dijo estas
palabras es significativo y preciso, pues fue cuando los religiosos de su
tiempo atribuyeron a Satanás las obras que inequívocamente Jesús hacía por el
dedo de Dios, lo expresaron con sus labios de una manera tan contundente que no
quedaron dudas de que en ellos, aunque exteriormente se mostraban piadosos, la
verdadera naturaleza de sus almas era semejante a las víboras. Llegado el
momento justo, hablaron conforme a lo que en realidad ellos eran: Malos.
No podemos generalizar un pasaje de la
escritura sino que debemos entenderlo en su contexto porque la misma palabra de
Dios enseña el cuidado que debemos tener con la lengua (Stgo. 3); y por eso la
lección de Jesús aquí tiene que ver con exponer la verdad acerca del hombre. En
la mayoría de las personas no es necesario esperar mucho tiempo en una
conversación para descubrir su situación espiritual; pronto dejan entrever que
no hay vida de Cristo en ellos.
Pero ¿qué de aquellos quienes viven en el
mundo de la apariencia? Tarde o temprano un corazón sin la naturaleza divina
por la obra regeneradora del Espíritu Santo mostrará su maldad y alienación de
Dios. El legado de un hombre o mujer caídos por causa del pecado de Adán sale a
relucir indefectiblemente. No puede ocultar indefinidamente su condición. No es
que digan blasfemias como lo hicieron los fariseos, pero dicen y viven
incoherencias con respecto a Dios, Jesucristo y la vida cristiana en general;
son como aquellos de quienes el apóstol Pablo advirtió a Tito, "Profesan
conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes,
reprobados en cuanto a toda buena obra." (1:16).
Esto es lo que Jesús describió que hay por
naturaleza en el corazón de los hombres, "Porque del corazón salen los
malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los
hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias." (Mt. 15:19) La
persona que está llena de estas cosas será normalmente controlada por ellas en
un momento u otro; de lo contrario quien atesora a Cristo en su corazón
mostrará el fruto del Espíritu.
¿Qué clase de libros tiene Editorial
Corazón en tu vida a lo largo de los 365 días del año? ¿Declaran que Cristo es
tu tesoro más grande o publican todo lo contrario?
¡Dios te bendiga!
-Biblia, Mate y Oración-
© 2013- Ricardo Daglio -Uso personal, no distribuir sin permiso
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