lunes, 19 de octubre de 2015

EL 13 DE LA MALA SUERTE

"Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre" - Marcos 7:21-23

    Se oían los gritos desde la calle; el matrimonio se dedicaba a la venta de juegos de azar y por alguna razón la mujer se encontraba enfadada con su esposo y no paraba de gritar dentro de la casa: "¡Me dijiste que el 13 era la yeta (mala suerte); y resulta que tú eres la yeta!" Algún problema arrastrado de tiempo sin duda que hizo que el matrimonio colapsara en una fuerte discusión.  En nuestra sociedad existe un arraigado temor, un prejuicio y abunda la superstición en torno al número 13; el trasfondo de esto deriva de diversas historias y suposiciones que no vienen al caso en este lugar. La mala suerte no es otra cosa que el temor que la ausencia de Dios produce en la vida de un individuo. 
    ¿Quieres saber, sin embargo cuáles son las trece cosas que una persona posee y que Jesús enumeró con precisión? Pues el pasaje de hoy las contiene. No tiene que ver con la cantidad de cosas sino con la calidad de ellas porque Jesús mismo dice que tienen el poder para contaminar a cada persona de forma total. Mientras los hombres buscan la respuesta a sus problemas fuera de sus vidas, en su entorno, en sus compañías, en la historia de vida que les ha tocado tener; mientras siguen buscando razones en otro lado que no sea en sus propios corazones, entonces continuarán viviendo sumidos en temor, faltos de esperanza y sujetos a la expectativa de morir sin paz y sin seguridad ni en esta vida, ni después de la muerte.
    El problema está en el corazón y allí solamente una persona puede entrar y transformar su interior; es Jesucristo de quien la Biblia dice que "no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre" (Jn. 2:25). ¡Oh! Si Dios te permitiera un momento solamente ver la condición de tu corazón, no tendrías duda alguna de que el problema está en ti. Pero nos ha dejado su palabra para que por ella sepamos cómo somos y qué somos, "Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón" (He. 4:12)
   En el tiempo que Jesús habló y dijo lo que había en el corazón del hombre y que le contaminaba completamente, era el Verbo mismo hablando y dando un diagnóstico preciso; ahora es la la palabra escrita de Dios la que nos permite profundizar y conocer más nuestra situación personal. Recuerda, si alguna vez tienes algún inconveniente con el número 13, que sea porque estás asombrado y arrepentido de lo que has descubierto en tu propio corazón.

¡Dios te bendiga!

-Biblia, Mate y Oración-
© 2013- Ricardo Daglio -Uso personal, no distribuir sin permiso
    

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