jueves, 29 de octubre de 2015

CREER PARA VIVIR - VIVIR PARA CREER

"Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?" - Juan 11:25-26

    Este es el quinto de los siete "Yo soy" de Jesús en el evangelio de Juan donde cada uno de ellos revela un poco más acerca de la naturaleza e identidad de él como Dios.  Nadie jamás hizo una declaración similar, especialmente una que concierne a la victoria sobre la muerte, de manera tal que en el contexto de la historia de esta declaración (la resurrección de Lázaro) cuando Marta se acercó al Señor, Jesús le dijo que su hermano resucitaría; y entonces ella reveló su creencia teológica sobre el Mesías y la resurrección en tiempos postreros, "Marta le dijo:Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero". (11:24) Pero el Señor no se refería a eso, la resurrección y la vida estaban personalmente allí, en Betania en la persona del Hijo de Dios.
    Una y otra vez en la historia y desde la venida de Cristo millones de individuos han descubierto que la vida espiritual y la certeza de la vida eterna y la victoria sobre la muerte, son una persona, Jesucristo,  y no un manojo de creencias y conceptos religiosos. El no dijo que era la vida y la resurrección, sino la resurrección y la vida; en ese orden, porque él fue quien abrió la puerta a la vida eterna. Pero para todos aquellos que creen en él, la vida es primero y la resurrección después, "Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados" (Ef. 2:1) El primer paso de un ser humano hacia una relación con Dios es creer en Jesucristo para tener vida.
    Pero el Señor Jesús también le dijo a Marta inmediatamente, "Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?"; porque el segundo paso para una relación permanente con Dios es que la vida que concede nos es dada para permanecer en él.  Jesús dice que todo aquél que vive (espiritualmente) y cree (permanece) en él no morirá eternamente. Es la evidencia de la conversión la permanencia en lo que hemos creído que confiere la certeza de una vida eterna como resultado de haber puesto nuestra fe en su persona.  En la primera cláusula, creer es seguido por la vida. En la segunda, vivir y creer es seguido por no morir eternamente. 
    Es este el resumen más conciso y glorioso que Jesús da, no solamente a Marta y María como hermanas en duelo, sino también a todos nosotros quienes hemos creído en él para el perdón de pecados y por cuyos méritos poseemos vida eterna después de la muerte, y vida espiritual para vivir en sus caminos mientras permanezcamos en este mundo. 
    Cuando creemos en Cristo, vivimos y cuando vivimos, seguimos creyendo en él. Sólo resta una pregunta, querido lector, que el mismo Jesús hace y que requiere una respuesta sin dilación: "¿Crees esto?"

¡Dios te bendiga!

-Biblia, Mate y Oración-
© 2013- Ricardo Daglio -Uso personal, no distribuir sin permiso

No hay comentarios :

Publicar un comentario