domingo, 4 de octubre de 2015

¿SERÁS LO QUE DEBAS SER?

"Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres. Y dejando luego sus redes, le siguieron." - Marcos 1:16-18

   Se le atribuye al General José de San Martín (1778-1850), héroe nacional argentino; la expresión "Serás lo que debas ser o sino no serás nada." La frase suele pronunciarla una persona a otra para recordarle que debe seguir su instinto o vocación, o de lo contrario tarde o temprano llegará el día en que se arrepentirá de no haberlo hecho. Quizá mucho antes que el general argentino, esta era una idea fija y repetida por Jonás, padre de Simón Pedro y Andrés; "Recuerden - les diría- ustedes han nacido para pescar y ser pescadores; la barca es su lugar en el mundo o sino no serán nada." ¿Es que acaso era algo malo ser un pescador? Claro que no, de hecho era un oficio rentable en Galilea, y proviniendo de una familia ya acostumbrada al mismo con toda probabilidad las ventajas eran aún mayores.
    Cuando Jesús los encontró, ellos eran oficialmente pescadores y a eso se dedicaban de lleno pues aprendieron desde temprana edad el manejo de las redes y de los implementos para la pesca. Nadie les dio una clase, ellos eran suficientes para su labor y no precisaban maestros ni tutores. Pero ahora, cuando Jesús los vio y los llamó para seguirle, les dijo algo que nunca olvidarían: "Haré que seáis"; una expresión que significaba mucho más que una cuestión de semántica pues conlleva la idea de un aprendizaje recibido por una enseñanza impartida. Por su parte ellos dejaron lo que estaban acostumbrados a hacer y le siguieron. La vida de Pedro y Andrés, y posteriormente el resto de los discípulos nunca fue la misma que antes. Llegaron a ser lo que Jesús los hizo que sean.
    A menudo quienes han experimentado la gracia para la salvación y quienes juntamente con el perdón han gozado de la obra transformadora del Espíritu de Dios, son los mismos que olvidan que la vida nueva incluyó también un nuevo poder y un una nueva genética divina, tal como lo expresó el mismo Pedro años después, "... todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia" (2 Pe. 1:3) Todo lo que acontece en el creyente y que es fruto de esta nueva vida, no se lo aprendió naturalmente, sino que es la reiteración del mismo llamado original "Haré que seáis". No debemos olvidar que "Dios es el que en (nosotros) produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad" (Fil. 2:13) y que es su obra "haciendo él en (nosotros) lo que es agradable delante de él por Jesucristo" (He. 13:21). Ya no somos lo que debíamos ser (pecadores sin esperanza); ahora somos creados en Cristo Jesús para lo que él nos ha hecho. Todo por gracia, todo por él en nosotros.

¡Dios te bendiga!

-Biblia, Mate y Oración-
© 2013- Ricardo Daglio -Uso personal, no distribuir sin permiso

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