domingo, 25 de octubre de 2015

¿QUÉ ES LO QUE TE CAUSA GOZO?

"Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos" - Lucas 10:20

    Con toda probabilidad el Señor Jesús estaba esperando el regreso de los obreros de su labor misionera, y mientras ellos ministraban, él veía cómo Satanás era derrotado... "Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo" (v.18) - les diría al regresar. La efectividad de estos setenta discípulos no era el resultado de su piedad sino de la autoridad que les había sido conferida. Al llegar ellos, se podía ver el gozo reflejado en sus rostros y segundos después se oía el testimonio de sus labios; todos a una decían lo mismo: "Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre" (v. 17). La sorprendente actividad y ministración de ver cómo los demonios se les sujetaban con la autoridad del nombre de su Maestro, los colmó de regocijo.
      "Aún hay más" - parecen indicar las palabras de Cristo a ellos, "He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará" (v.19) - y quizá el entusiasmo aumentó más aún en los setenta; pero entonces vino la palabra de Jesús  que los ayudaría a ser objetivos en cuanto a las cosas que verdaderamente debían formar en ellos un gozo permanente. No es que él no se gozara de verlos regocijados, pero la autoridad sobre los demonios era insignificante en comparación con tener registrados sus nombres en los cielos. Que echaran fuera demonios no garantizaba la salvación de ellos (ver Mt. 7:21-23); de hecho, Judas Iscariote tuvo la autoridad de echar fuera demonios, pero nunca tuvo su nombre escrito en los cielos.
    "Echar fuera demonios, terminaría para ellos cuando finalizaran sus días en la tierra, pero poder ver a Dios cara a cara como resultado de la salvación de sus almas, eso nunca tendría fin." (Hendriksen). Las palabras de Jesús colocan las cosas en la perspectiva correcta para cualquiera de sus seguidores; y si tu eres uno de ellos entonces también te ayuda a pensar que no hay mayor valor que el hecho de saber que tienes tu nombre escrito en el libro de la vida. Ninguna cosa suplanta al resultado inmediato de la obra de redención en un alma y saber que su posición ante Dios ha cambiado para siempre; nada sustituye ese acontecimiento que refleja la grandeza de la gloria de Cristo y su amor para con los pecadores.  El regocijo es parte integral de la vida del hijo de Dios, sólo que hace falta recordar cuál es su fuente original; es la posición que tiene, no la ocupación que lleva a cabo.

¡Dios te bendiga!

-Biblia, Mate y Oración-
© 2013- Ricardo Daglio -Uso personal, no distribuir sin permiso

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