"Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos" - Marcos 10:43-45
El ambiente estaba tenso entre los discípulos del Señor; y es que Jacobo y Juan había solicitado sentarse a ambos lados de Cristo cuando estuviera en su gloria. Los diez restantes se enojaron, y quizá no tanto por la petición en sí sino porque no se les ocurrió a ellos pedirlo primero. De todas maneras el Señor se encargó rápida y efectivamente de dejarles una lección que derivó en una declaración única de su parte y que ninguno de nosotros se encuentra excento de considerar.
Lo que hacen los que siguen a Cristo es lo opuesto a lo que hacen los que no le siguen; porque la diferencia radica escencialmente en la naturaleza que poseen. El razonamiento natural de cualquier ser humano es que siempre es favorable crear oportunidades y situaciones en las que pueda "ser servido" y procurará evitar de manera evidente o no "servir" al prójimo. Otra vez, la inclinación del corazón es hacia la elaboración de la grandeza personal y hacia la ocupación del primer lugar. Primero en servirse en la mesa, primero en la cola del supermercado, primero en tomar el control remoto del televisor, primero... siempre primero.
Pero el Señor les instruyó bien y les dijo que la cruz era el filtro que definía todo "Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos" (45) Es el versículo central del evangelio de Marcos; él dio su vida para servir y él dio su vida para sacrificarla. En Jesús, esta fue la razón para la redención de los muchos por quienes se entregó, en nosotros significa el traspaso de derechos para que él haga por medio nuestro su propia voluntad.
¿Cuánto podemos dar?, esa es la pregunta correcta, no cuánto podemos obtener; "¿Ha tomado él tu corazón? Quizá él reside allí, pero ¿preside allí también?" (Vance Havner) La similitud con Cristo solamente es posible por la identificación con él; y el resultado es la manifestación de un siervo, no la de un gobernante, y sin embargo promueve la formación de un verdadero líder, uno ejemplar pero completamente opuesto al modelo que este mundo promueve y que no honra a Cristo ni lleva la gloria para Dios.
¡Dios te bendiga!
-Biblia, Mate y Oración-
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